Cultura

La Industria Cultural irrumpe en la Sociedad

Esta reflexión nace de la consideración de que existe una importante dimensión de la actividad intelectual relacionada con los procesos comunicativos que desarrollan los agentes culturales en sus proyectos de influencia. La estructura de publicidad que articulan los medios de difusión de masas junto a la irrupción de un modelo de cultura de factura industrial son procesos que provocan actualmente una reorientación de la práctica intelectual y, con carácter general, una remodelación profunda del campo de la cultura. En este contexto poner de relevancia las derivaciones de estos procesos tanto en lo referente a la aparición de nuevas formas de consagración intelectual en el campo cultural -impuestas desde las lógicas mediáticas, comerciales y políticas- como en la redefinición de los límites tradicionales del propio campo. Es así como las imágenes de la televisión crean las posibilidades de producir una realidad virtual que tienden a diluir el límite entre lo real y lo imaginario de modo que muchas veces el protagonismo de la imagen traslada la prerrogativa anterior de la palabra, perturbando el tipo de diálogos sociales y debates ciudadanos.

En la actualidad el trabajo cultural en general tiene niveles de desarrollo muy encauzado al mundo del espectáculo esto nos dice que los agentes culturales que hoy son los referentes sociales, muestran una precariedad de sus bases de formación humanista, aunque esto sea una desventaja aparente, no lo es para quienes son los que manejan y controlan el circulante discursivo. No importa si lo que se dice es la verdad o no, lo es llegar a acuerdos rápidos, no considerando en ello las consecuencias futuras.

Si bien estamos en un período donde la libertad y la democracia son fundamentales, no es menos cierto que nuestra libertad esta circunscrita al derecho de votar, pero cuando queremos ejercer esa libertad para criticar u opinar se nos reprime, ya no en forma coercitiva, es a través de generar espectáculos que mantienen a este nuevo sujeto bajo la hegemonía de los grupos de poder. Todo esto ha ido llevando a que este sujeto no reconozca niveles o diferencias entre los elementos culturales. Claro que debemos reconocer que estos elementos llegan a todo el público por lo que la cultura no estaría reservada a una elite, este aspecto positivo seria mejor aun si se asociara a la calidad de los elementos culturales.

El campo cultural, la educación y la comunicación masiva se han entremezclado generando una superestructura donde se va generando el saber, saber que el estado no ha mantenido libre, depende del mercado, por ello la producción y circulación de cultura audiovisual en medios de comunicación industriales se ha vuelto la principal forma de intercambio, visibilidad y conocimiento recíproco entre las sociedades. Para los que manejan el flujo discursivo en esta nueva superestructura, la Industria cultural es fundamental, ya que es a través de ella el tiempo libre es utilizado para el consumo de todos aquellos elementos que nos ofrece el mercado, en los nuevos espacios públicos, que ya no son las plazas, ni las alamedas, son los Mall o Centros comerciales. Los espacios públicos son lugares donde se ejerce el poder, no un poder de supremacía, sino un poder que es el que señala el cuál es el espacio apropiado, el como usar ese espacio, el donde se crea ese espacio, todo ello en relación directa a la oferta y la demanda.

Lo que en algún momento fue un símbolo de libertad del poder para la burguesía, donde el espacio público era más democrático, en la actualidad con la aparición de un nuevo tipo de espacio público más vigilado, controlado pero muy comercial, que busca complacer y satisfacer las demandas de la masa. Además, las nuevas tecnologías de información y la preeminencia del mundo audiovisual aceleran el cambio en los "mapas mentales" que usan los individuos para clasificar y ordenar la realidad social. Por un lado, la expansión informática del espacio permite una comunicación sin la presencia física de los participantes. Ella modifica no sólo las pautas de sociabilidad, sino la noción del espacio público.

Todo lo antes planteado nos muestra que la industria cultural fija de manera ejemplar la ruina de la cultura, su caída en la mercancía. La transformación del acto cultural en valor neutralizó su energía crítica y diluyó en él las huellas de una experiencia auténtica. No me quisiera afirmar taxativamente que la cultura hoy solo esta limitada al entretenimiento, pero es la percepción, los textos más leídos no son los de filosóficos, las películas más vistas no son las de alto contenido, los programas de televisión no son los culturales. A pesar de ello, es impensable volver atrás, el conocimiento, la información se incrementa de manera exponencial se suma el hecho que el sistema de la sociedad de mercado, la economía neoliberal potencian la evolución de la Industria Cultural hacia la producción de nuevos elementos culturales que satisfagan los requerimientos del público, requerimientos que son creados por los grupos de poder.

La cultura hoy ya no es una actividad para un fin semana, bajo esta nueva estructura industrial, es un bien para atraer nuevas inversiones lo que la asocia en con el desarrollo que pueden alcanzar los países, es así como en aquellos países donde la existencia de mucha tecnología es reflejo del mismo, lo que se media antes como aquellos que tenían altos índices de analfabetismo, hoy el índice sería los computadores con acceso a Internet, el subdesarrollo será estar fuera de la red.

La cultura bajo este prisma de globalización hace imposible concebir que solo se potencie una tradición o un conjunto de ellas, se espera si que existan intercambios, no se debe pensar que se tendrá una cultura homogénea, aparentemente los procesos de globalización no conforman una "cultura global" uniforme, por mucho que la exuberancia mundial de ciertas marcas (de la Barbie al McDonald) haga pensar en una homogenización generalizada. Los grupos de poder incluso ya no buscan solo producción en masa, sino están buscando satisfacer gustos de grupos minoritarios ya que lo importante es el fin de lucro. Los países que no tienen el control del flujo cultural y del mercado, son inferiores en tecnologías, pero que producen bienes culturales debieran concebir políticas que les garanticen un intercambio mas ecuánime y que controlen a las magacorporaciones de las comunicaciones considerando que son un mal necesario para el desarrollo social, de la educación y la salud. Por ello es importante formar individuos con capacidad crítica y selectiva, que puedan lograr regular lo que no ha ocurrido en décadas y la difusión de libros, cine o videos sean una realidad.

Para que la cultura en América Latina sea la opción para impulsar el desarrollo es importante que se regule y de esa forma se equilibre y se posibilite el ingreso a la red de la conectividad y la tecnología. Esto permitirá formar individuos que sean público y ciudadanos que puedan alcanzar las competencias que le permitan ingresar en mejores condiciones a la modernidad. Para ello siempre se ha dicho que la educación sería la encargada de lograr el articular el desarrollo económico, social y cultural.

El ámbito de la política no esta ajena a la Industria cultural, en especial a uno de sus elementos, la televisión se convirtió así en un marco de referencia central donde hoy se presentan candidatos. Los políticos profesionales han acomodado sus discursos a la expresión de la televisión. La imagen del intelectual como crítico o articulador de lo social con lo político, en la explicación gramsciana, se ha convertido frente a las cámaras en el experto, que en nombre del conocimiento técnico se instala por arriba de los debates. Ellos usan el motor de la popularidad, la publicidad, especialmente la que otorga la industria audiovisual, incluso los que critican este giro de la cultura y la aparición como Industria cultural la utilizan para ejercer su opción de libertad expresión en este también nuevo espacio público virtual, que aunque no queramos irrumpe en el espacio de lo privado, generando una nueva estructura social.

"A pesar, de la vigilancia estricta de las comunicaciones y los tecnócratas la vida cotidiana no se cancela en la dinámica modernizadora y puede abrir fisuras poéticas menores, descuidadas y sin alcance, pero suficientes como para liberar un erotismo visual de escenas cortas y espectáculos leves", hoy cuando lo público y lo privado se entremezclan de manera tal que es difícil separarlos, es más cada vez los momentos privados, es decir lo mío, son solo pequeñas islas a las que se quiere conquistar, es así como a través de algunos programas de televisión como los Reality Show o los Talk Show reflejan el esfuerzo por acercarse brutalmente a esta dimensiones de la vida privada. ¿Cómo se avanzara en el campo cultural? ¿Cuáles serán las consecuencias de esta vaguedad entre lo público y lo privado?, estas y otras interrogantes surgen a la luz de la vertiginosidad de los cambios y avances en la tecnología.

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